El recuerdo de Luis, por Ariel Ariza

En medio de paisajes urbanos que nos aproximan a la ficción, la actividad del año transcurre y nos muestra un 2020 que se exhibe como un presente continuo de hechos en constante fluctuación. Pocas veces un año con tan poca secuencia cronológica para las agendas de la justicia.

A modo de irrupciones periódicas, la realidad, los contextos sociales, la crisis sanitaria y las dinámicas políticas van dando las pinceladas que conforman los ejes de las discusiones y conversaciones en torno a los sistemas judiciales.

Cada Asociación y cada Colegio ha ido elaborando las mejores opciones para que sus integrantes puedan ir encontrando el ámbito propicio para el desarrollo de la tarea y para priorizar aquello que aparece como significativo en la organización. Y así, acompañar a los y las operadoras de los sistemas judiciales que están dando el máximo esfuerzo.
En este difícil escenario, el costado más desgarrador de la pandemia nos golpea, el fallecimiento de un amigo, del querido Luis.

El fallecimiento de Luis Paoloni, el pasado 17 de octubre, conmueve al asociacionismo de las provincias argentinas y de CABA. Su talento y bondad es reconocido por cada presidente y presidenta de las Asociaciones y Colegios de FAM. La inefable sonrisa de Luis, su sutil sentido del humor, su perspicacia y astucia se extrañan y se extrañaran siempre en FAM.

Luis era una persona querida y valorada por sus cualidades dirigenciales, intelectuales y humanas. Como presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios Judiciales de la provincia de Córdoba, Luis siempre asumió posiciones de compromiso con la realidad nacional, exhibiendo una particular sensibilidad por los problemas que atravesaban los colegas de todo el país. Allí donde había que apuntalar y acompañar a un colega no hacía falta pedirle a Luis la palabra de apoyo y amistad, eso le surgía espontáneamente, basado en la intuición que él tenía para saber quién lo necesitaba.

En esta segunda edición de Diálogo Ciudadano se ha querido focalizar la mirada en ese sector de nuestra sociedad que atraviesa este momento histórico intentando eludir la incomprensión, la soledad y las dificultades de comunicación: los adultos mayores. No es posible gestionar la conflictividad que involucra a los adultos mayores si no se observa el complejo tránsito a través de la pandemia que toca padecer a quienes se encuentran acercándose o viviendo su vejez. Vulnerabilidades que no tienen un espacio mediático comparable a otros temas de interés social y que en general se presentan a través de estereotipos. ¿Cuáles son los problemas, los miedos, los deseos, las ilusiones de quienes ven pasar los días de la pandemia desde sus hogares o centros de residencia?.

Las realidades de cada familia pueden ser un buen comienzo para graficar lo que la pandemia ha significado para los adultos mayores sobre todo tomando como punto de observación las ya consagradas y difundidas expresiones del lenguaje de la pandemia: cuarentena, asilamiento, distanciamiento. Meses que pueden graficarse como largos, interminables períodos de tiempo para nuestros mayores. Para valernos de experiencias y herramientas conceptuales que nos ayuden a redireccionar desde los espacios judiciales estas condiciones adversas para los adultos mayores, recogemos las opiniones de María Isolina Davobe (Profesora e Investigadora), Eugenio Semino (Defensor de la Tercera Edad) y Mirta Tundis (Periodista y Diputada Nacional), referentes de distintos campos comprometidos con esta temática.

La violencia de género continúa ocupando un lugar de máxima prioridad y preocupación, a la par que en estos meses se registraron aumentos de casos de femicidios. Se aborda en esta entrega de Diálogo Ciudadano en forma descriptiva cuánto se viene trabajando desde FAM en capacitación en perspectiva de género y en iniciativas que fortalezcan las capacidades de respuesta desde los sistemas judiciales. En el documento que FAM presentó ante el Consejo Consultivo creado por decreto 635/2020 se destacó el carácter prioritario de las líneas de acción en perspectiva de género, indicándose las actividades que se llevaron adelante. También se recogen en esta edición las múltiples estrategias que ha promovido la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde la Oficina de la Mujer, proyectándolas hacia los Poderes Judiciales de todo el país. No obstante, todo lo hecho, queda siempre un considerable trayecto por recorrer como lo ponen de resalto miradas que piden mayores transformaciones. Dialogar supone también reconocer nuestras coincidencias y discrepancias.

La pandemia se obstina en esparcir su efecto deletéreo. Sin embargo, las vidas familiares, los escenarios laborales, la actividad de toda la sociedad siguen día a día su curso reclamando previsibilidad y paz social.

Desde las justicias sabemos que el rol de cada una y cada uno de nosotros, en juzgados, fiscalías, defensorías, asesorías, secretarías, mesas de entradas, centros de atención a víctimas y demás espacios judiciales, es particularmente relevante para nuestra sociedad en este momento.

Trabajar con vocación de servicio es nuestro propósito común, dialogar también.