Estamos intentando brindar un mejor servicio de justicia que nos legitime también ante la mirada de la sociedad

En Diálogos con Graciela Mana, Jueza de Familia de 1er instancia de la Primera Circunscripción de Misiones, nos detuvimos en el accionar de los fueros de familia y los cambios sustanciales que se produjeron en los últimos años para garantizar el acceso a justicia. Mana nos habla de la importancia del acceso, pero también de las vivencias durante el proceso y la consecución del conflicto.

En Diálogos con Graciela Mana, Jueza de Familia de 1er instancia de la Primera Circunscripción de Misiones, nos detuvimos en el accionar de los fueros de familia y los cambios sustanciales que se produjeron en los últimos años para garantizar el acceso a justicia. Mana nos habla de la importancia del acceso, pero también de las vivencias durante el proceso y la consecución del conflicto.

¿Cómo se implementa en Misiones el acceso a justicia de niñas, niños y adolescentes?

Desde que empecé hace 15 años hubo mucha evolución. Tantos los actores del sistema de justicia, me refiero a los colegios de abogados como a los propios integrantes del poder judicial, intentamos tener una justicia más “relajada” le llamo yo, en contacto con la gente, más amigable, y no quiere decir con eso que se pierda el poder jurisdiccional o la facultad que tiene el juez para estudiar y decidir en base a lo que se desarrolle en la causa. Esto tuvo un gran impacto en la cercanía que tenemos con los niños y los adolescentes. Lo mismo que la especialidad que necesitamos magistrados y funcionarios que trabajamos en el fuero de familia. 

Cabe destacar que la legislación internacional, nacional y provincial, ha venido actualizándose en base a principios de especialidad en algunas materias, entre ellos el fuero de familia porque requiere una apertura y un diálogo con otras ciencias como la psicología, la psicopedagogía, el trabajo social, la antropología. Y en el caso de niños y adolescentes esto es aún más importante. Esas leyes, esos contenidos abstractos que trasversalmente atraviesan los fueron de familias, requieren un contenido humano específico, muy particular, que tiene que ver realmente con las características y colores de esa familia. ¿A qué nos referimos con los colores de esa familia? Bueno, nos preguntamos cómo está, quiénes la integran, hay tensiones o no, hay un lazo afectivo, cómo está socioeconómicamente, dónde vive, hay acceso, hay medios de transporte que permiten el contacto, entre otras. Entonces cuando trabajás con otras ciencias, no lo estás mirando sólo desde el Derecho, que por supuesto utilizás para garantizar el proceso, el orden dentro de un procedimiento judicial,  y nos recostamos en el derecho de fondo, pero al ser una rama del derecho que necesita especialidad, estas otras ciencias nos amplían la mirada, nos dan la posibilidad de ver a las familias de manera más real, y cuando te sentás con un niño, un adolescente o un adulto mayor, mejora el acompañamiento, la escucha cuando te cuentan un problema. Creo que el gran avance es el respeto a esas otras ciencias, a sus dictámenes, a sus sugerencias, que el juez con mucha nobleza y humildad tienen que tomar para enriquecerse a la hora de resolver alguna cuestión.

En Argentina tenemos muchas normas que son de un alto nivel y enriquecedoras en cuanto a los derechos humanos, pero el acceso tiene que ver con hacerlo real. Cómo sale la persona luego de acceder a los dispositivos de justicia, esa valoración de cómo se sintió es muy importante. Estamos intentando brindar un mejor servicio de justicia que nos legitime también ante la mirada de la sociedad.

¿Notaste cambios con el nuevo código que pone en valor la voz de niñas, niños y adolescentes?

Fue antes del Código, viene con la Convención de los Derechos del Niño, en algunas provincias ya estaban antes del nuevo código, como la nuestra que tuvo una reforma en el 2014, pero venía de mucha jurisprudencia. Los jueces se recostaban en la voz y en la autodeterminación de esos niños y adolescentes que peticionaban de manera directa en audiencia. Hoy, por suerte, se encuentran con la posibilidad de tener una escucha directa o indirecta, de acuerdo a la edad del niño. Directa es cuando el juez se puede sentar a dialogar porque el grado de madurez del niño o adolescente les da esa posibilidad. Indirecta es con la intervención de las psicólogas, psicopedagogas. Ahora tuvimos una audiencia muy linda, con un niño que fue visitado en su hogar por el equipo, y a su vez me pudieron hacer una videollamada para que yo charle con él porque él estaba tan contento con la visita, respondiendo las preguntas que las chicas les iban haciendo para ver cómo organizarse con su mamá y con su papá, y logró estar tranquilo para poder expresarse.

La verdad es que hoy tenemos muchísimas herramientas, y muchas de ellas nos dejó la Pandemia. En el medio de la crisis pudimos dar respuesta utilizando toda la tecnología a nuestro alcance, que, si bien estaba, no le dábamos la utilidad necesaria. La tecnología en la pandemia me permitió seguir viendo a los chicos que por alguna razón están alojados en hogares, podía seguir saludándolos, que ellos supieran que todavía existía su juez era muy importante. Hoy casi todas las provincias están digitalizadas, nosotros tenemos el expediente digital 100%. Empezamos con la oralidad sólo en fueron civiles. Se van rompiendo barreras que tienen que ver con el acceso.

Cuando hablamos de acceso nos referimos también al acceso de las minorías, personas discapacitadas, poblaciones indígenas, lo que implica tener una apertura a toda la diversidad.

¿Cuál es la relación con las escuelas y los clubes? Me quedo pensando en la ESI, a través de la cual niñas y niños se han animado a contar lo que les pasa o abusos aberrantes. ¿Cómo se vinculan con la Justicia?

Justamente salgo de una audiencia con una protección de una niña, y justamente es una docente quien inicia la denuncia. Siempre, el funcionario público, tanto en salud como en educación, es parte del sistema de justicia, porque dentro de muchas leyes hasta tienen la obligación funcional de denunciar. Deben, no pueden.

Para nosotros el docente, el policía, el profesional de salud, es un compañero de trabajo. Ante una manifestación de este profesional, nosotros movemos toda la aparatología para accionar rápidamente.

Cuando son delitos que corresponden al fuero penal, lo que hacemos para no revictimizar es acompañar, pero no indagar para evitar la doble pregunta.

¿Cómo evaluás el rol del abogado del niño, niña o adolescente? Sé que en algunos sectores ha levantado críticas o marcado como innecesarios.

Están estipulados en la legislación vigentes. En la efectivización de las medidas, es una medida excepcional. No todo expediente va a necesitar un abogado del niño. Por qué, básicamente porque el niño está representado por sus progenitores. Si el progenitor que inicia una causa está defendiendo a su hijo y se presenta en representación de y tiene el ejercicio de la responsabilidad parental, el niño no necesita abogado. Esta figura de abogado del niño aparece por ejemplo cuando un padre dice que el otro está influenciando al niño. Ahora bien, si el niño no lo pide en audiencia, no siente esa necesidad, puede hablar directamente con el juez, puede tener los informes psicológicos y sociales, está representando por el artículo 113, que tiene dos partes, la representación complementaria que vela por la aplicación de los derechos y garantías de los niños, estén los padres o no, y la principal que son los defensores oficiales, que tiene que velar por el interés superior del niño cuando no hay figura de responsabilidad parental. Todas estas normas conviven, y en cada caso particular se va a aplicar la que corresponda, si no, voy a generar una multiplicidad de actores dentro del proceso que quizás no hacen falta. Nosotros tenemos que ser un nexo de armonización para la convivencia familiar, estén en una, dos o tres casas.

Los niños cuentan, hablan, proponen, la verdad es que muy lindo verlo. Nosotros tenemos en la sala de audiencia unos libros de derecho que le pedí a la autora, una jueza de Buenos Aires, para explicarles qué es una audiencia, para qué se los invita. Entonces el primer tramo de la audiencia es más lúdico y para explicarles, reírnos un poco. Es importante el entendimiento, cuando entienden, empieza el proceso de justicia.

¿Qué soñás para los juzgados de familia y para el acceso a justicia?

Muchas cosas se están cumpliendo. Mi sueño era tener un equipo interdisciplinario, y lo tengo. Trabajar con otras ciencias nos da mucha solvencia, nos permite descansar de otra manera a los que nos toca decidir sobre la vida de la gente. La voz de los equipos interdisciplinarios ha sido un abrazo en el trabajo diario. Y reivindico el lenguaje claro de sentencias. Siempre quise hacer sentencias más cortas, sencillas, y eso se fue dando con el tiempo. Hacer una sentencia con lenguaje claro no quiere decir que tenga menos contenido jurídico.

Este año me recibí de la maestría de la UBA, y me hicieron una pregunta parecida porque los primeros años de mi carrera me dediqué a la violencia familiar y de género, y les respondí que haber tenido respuestas con la creación de más juzgados de familia que representan el acceso también es un sueño cumplido, porque el volumen, para el que opera, nos limita mucho también.