Allá por agosto de 1980, cuando floridos lapachos coloreaban la costanera, un grupo de magistrados correntinos sintió la necesidad de asociarse para mejorar las condiciones en que se cumplía la función judicial y para buscar una estrecha vinculación entre los integrantes de la judicatura.
Rubens Oscar Zappatini, Eduardo Miguel Gaynor, Julio Eduardo Castello, Néstor Pedro Nicolini, Alberto Alarcón, Ricardo Eugenio Martín, Waldino Walter Varela, Ricardo Alberto Maldonado, Liberato Carlos José Simonelli, formaron la Comisión Promotora, que un 11 de agosto declaró la necesidad de crear una asociación. Esta Comisión elaboró un anteproyecto de estatuto, determinó la denominación y convocó a asamblea constitutiva para el día 4 de octubre del mismo año.
En esa fecha, bajo la presidencia del Dr. Julio Eduardo Castello, un importante número de magistrados y funcionarios de Capital y del interior, se reunió en la Casa Antigua del Club San Martín, para cumplir con aquel cometido. Luego de algunos discursos que expresaron el sentimiento colectivo, se aprobó por unanimidad y con un cerrado aplauso, la creación del Colegio de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de la Provincia de Corrientes.
Aquel glorioso día, veía la luz esta institución, dándose su estatuto y eligiendo sus autoridades. El Consejo Directivo se integró por aquel entonces con dos tercios de magistrados y un tercio de funcionarios según reglas estatutarias. Y su primer Presidente, fue el Dr. Waldino Walter Varela. Un almuerzo de camaradería selló la unidad de la judicatura correntina. Así nacía esta institución, presentándose en sociedad. Y al poco tiempo, un 4 de mayo de 1981, la asociación obtuvo su personería jurídica.
Eran tiempos de bregar por el restablecimiento del sistema democrático, la equiparación de remuneraciones a la justicia nacional y el fortalecimiento del asociacionismo. El primer Consejo Directivo, que rigió los destinos del Colegio desde su creación y hasta 1982, fue reelecto por aclamación para el período siguiente, encarnando fervorosamente tales luchas.
Tan importante fue la presencia de Corrientes en estas lides, que ello le fue reconocido por la judicatura del país, otorgándole la conducción de la Federación Argentina de la Magistratura a tres correntinos durante el período 1984-1986. Los Dres. Waldino Walter Varela como Presidente, Liberato Carlos José Simonelli como Secretario general y Julio Horacio Gimenez como Tesorero, hicieron su paso exitoso por la Federación, con orgullo para nuestra asociación y nuestra Provincia. Durante esos años, Corrientes fue sede de las V Jornadas Cientificas de la Magistratura Argentina (mayo de 1983) con numerosa concurrencia de magistrados y funcionarios del país y del extranjero. Y también fue partícipe de Congresos internacionales y de actividades de la Federación Latinoamericana de magistrados (FLAM).
A aquel Consejo Directivo que marcó el rumbo originario, le sucedieron otros tan activos y meritorios como el primero, los que en un marco de escasez y trabajando a pulmón, continuaron la tarea para alcanzar las metas trazadas por los fundadores. A fines de 1984, se consagró la lista que llevó por Presidente al Dr. Jorge Luis Titievsky, que convocó a Asamblea extraordinaria en 1986 en la que se aprobó la incorporación de los jueces de Paz legos como miembros del Colegio. A fines de ese año, con lista única, quedó constituido el Consejo bajo la Presidencia del Dr. Simonelli, por el período 1986-1988. Durante el año 1987, asumió la Presidencia quien fuera su Vicepresidente, el Dr. Andrés Pont Vergés, hasta la finalización del período. Estas conducciones continuaron con firmeza las luchas asociacionistas, encarando importantes reclamos en materia de remuneraciones y la cobertura de cargos vacantes en la justicia provincial.
En 1988 fue electo el Dr. Ricardo Eugenio Martín, y su gestión puso en primer plano la defensa del presupuesto del Poder Judicial y los principios de la autarquía. Ante la legislación de emergencia se bregó por el respeto de la garantía de la intangibilidad de las remuneraciones, formulándose permanentes reclamos al Superior Tribunal de Justicia y otras autoridades competentes y apoyándose desde la institución a quienes debieron iniciar acciones judiciales.
Las banderas de esta conducción continuaron en la siguiente, por el período 1990-1992 y bajo la Presidencia de la Dra Cecilia Mayo de Ingaramo, alcanzándose en este período un importante logro material para el Colegio. Con recursos propios pudo adquirirse el primer inmueble, que sirvió de entorno para reuniones de Consejo y guarda de la documentación institucional (Salta 885 1er piso).
En asamblea de diciembre de 1992 fue electa la Dra. Rita Mill como Presidente. En estos tiempos se vivieron momentos difíciles en la Provincia, con fuertes embates a la judicatura, que encendieron las defensas del Colegio ante cesantías inmotivadas y el estado de comisión de los magistrados. Aún con dificultades se ampliaron servicios a los asociados y se enriqueció el contacto con asociados del interior. Con importante participación de asociados, en julio de 1994 se reformó el estatuto a fin de incorporar a los asociados jubilados y se iniciaron gestiones para la libre afiliación de los secretarios a la obra social provincial. También fue creada la Mesa Ejecutiva y se aprobó el reglamento para el Tribunal de ética
Durante el segundo período de la Dra Rita Mill como Presidente, gran parte de los esfuerzos se concentraron en hallar la casa propia, hasta que el sueño pudo realizarse. En mayo de 1996 se adquirió el inmueble de calle Buenos Aires 780, actual sede del Colegio. A partir de allí se tuvo un espacio propio, que sirvió de punto de encuentro a los asociados, tanto de Capital como del interior y se emprendieron modificaciones para adecuar las instalaciones a las necesidades de la institución.
Ya ubicados en la sede social, en 1996, resultó electo el Dr. Jorge Luis Titievsky como presidente del Colegio, encarándose remodelaciones que hicieron de la sede un lugar adecuado para la capacitación de los asociados, inaugurándose instalaciones ampliadas y su primer equipamiento. La biblioteca, que ya había sido creada en 1985 mediante donaciones de los jueces, tuvo un lugar y una denominación, en honor a una asociada destacada: “Esc. Norma Roselló de Albornoz”.
En 1998 resultó electo el Consejo Directivo que llevó como Presidente al Dr. Jorge Belascoain. Esta conducción tuvo una importante participación a nivel institucional con proyectos de reformas y continuó ampliando los servicios al asociado a pesar de las dificultades económicas. En Corrientes, nuevamente se vivieron tiempos de zozobra en el Poder Judicial. Desde el Colegio, volvieron a alzarse las voces en contra de injustificadas cesantías y se hicieron enérgicos y reiterados reclamos, pidiendo el cese de la intervención.
Este Consejo continuó por otro período, concretando en esta etapa otro logro relevante: la construcción e inauguración del Quincho y del Salón de Usos múltiples. A partir de ese momento, el Salón fue el propicio ámbito para las disertaciones jurídicas y para las reuniones sociales de los asociados. Y el quincho pasó a ser lugar de encuentro fortaleciendo los lazos de camaradería.
En el año 2002, la renovación de autoridades se cumplió con elecciones, de las que resultó Presidente el Dr. Carlos Alfredo Benitez Meabe. Su gestión tuvo un profundo espíritu participativo y favoreció la realización de múltiples actividades. La presencia institucional del Colegio se hizo sentir en defensa de la normalización de la justicia provincial y en la participación activa en el Consejo de la Magistratura, seleccionando postulantes para ocupar cargos judiciales. Se persistió en la defensa de las remuneraciones, resistiendo descuentos y bregando por la recomposición salarial. Y se apoyó encendidamente la lucha de los Secretarios por el respeto de la carrera judicial, inculcándose el asociacionismo en las nuevas generaciones. En honor a un baluarte en las luchas de la asociación, el Salón de Usos Múltiples pasó a llamarse “Dra.Norma Tomasella de Micelli”.
Este Consejo Directivo renovó la conducción en Asamblea de diciembre de 2004, pasando a regir los destinos de un Colegio ampliado en número y con una marcada impronta asociacionista en todos sus estamentos –magistrados, integrantes del Ministerio Público y Secretariado-. Este sello característico, abarcativo de todos los actores de la función judicial y férreos defensores de la independencia, ha sido reconocido en los ámbitos nacionales y especialmente, desde la Federación, donde su Presidente participó de la Secretaría de Defensa de la Magistratura. En el ámbito institucional local, fue relevante la participación del Colegio ante la reforma constitucional, defendiendo a la justicia de paz como baluarte del acceso a justicia, y pasando a ser institución de consulta de los poderes legislativo y judicial ante los cambios estructurales, aportando la experiencia de quienes realizan la función judicial.
Esa impronta se mantuvo en la siguiente conformación, bajo la Presidencia de la Dra. Sierra de Desimoni (2006-2008), promoviendo reuniones académicas y haciendo escuchar la voz de la función judicial en la construcción del nuevo sistema de Consejo de la Magistratura y Jury de enjuiciamiento, propiciando la incorporación de estos órganos en la reforma constitucional, con una composición equilibrada. La actividad asociacionista continuó en firme reuniendo a un foro de magistrados de las provincias del nordeste para el tratamiento de temas comunes y a través de una activa participación en la FAM, a quien se convocó en defensa de la inamovilidad en el cargo de la judicatura.
En el ámbito interno del Colegio esta gestión promovió una fluida comunicación con los asociados, permitiendo llegar a todos a través del correo electrónico y se utilizó por primera vez una página web. Para ampliar representación en el Consejo Directivo y permitir mayor participación de los asociados el interior, se reformó el estatuto del Colegio, creándose el cargo de vicepresidente segundo y la figura de los delegados.
Bajo el lema de “un Colegio de puertas abiertas”, a partir de 2008, la gestión de la Dra. Analía Durand De Cassis, imprimió un sello aperturista, reuniendo al Consejo Directivo en el interior con asistencia de otros asociados. Con importante participación de los asociados se gestó la idea, plasmada luego en una reforma estatutaria que eliminó el voto por poder propiciando la elección directa de los representantes, admitió la representación de la minoría y la composición de órganos con diferentes sexos, diseñando un Consejo Directivo con participación de todos los estamentos y con alternancia de la vicepresidencia segunda en todas las circunscripciones. Desde el ámbito del Colegio se trabajó incansablemente en la reforma del Código Procesal Penal con el aporte de todos los actores del sistema, haciendo un aporte significativo al sistema judicial.
En su segundo período, el fortalecido vínculo con la Federación se hizo visible, sesionando la Junta de Gobierno de FAM en nuestra ciudad con la presencia de los presidentes de todas las asociaciones del país y concurriendo a rechazar las amenazas de intervención al poder judicial que nuevamente acuciaban a la judicatura correntina. La participación destacada en la Federación puso nuevamente a Corrientes en la Secretaría de Defensa de la Magistratura y levantando las banderas de la revalorización ética en los sistemas judiciales provinciales.
El hito memorable de esta etapa de gestión, fue el Congreso Nacional de Secretarios, realizado en Corrientes, organizado con autonomía por los Secretarios del Colegio, con alto nivel académico y participativo, alcanzando un éxito notable y generando vínculos que luego se reflejaron en la Comisión Nacional de Secretarios de FAM. Fue de notable importancia la labor institucional desplegada por el Tribunal Electoral del Colegio como Tribunal para elegir representantes por los magistrados e integrantes del Ministerio Público al Consejo de la Magistratura y Jurado de Enjuiciamiento, organizando el acto eleccionario en toda la Provincia. La gestión se renovó un período más con el mismo espíritu asociativo, participación del interior, integración de los tres estamentos y gran presencia institucional.
En 2014, luego de reñidas elecciones que mostraron el espíritu participativo de los asociados, asumió la Presidencia la Dra. Luz Gabriela Masferrer, secundada por un Consejo Directivo plural, integrado con la minoría. Se trabajó con el lema de un “Colegio donde el asociado es protagonista”, sumando iniciativas de todos y apostando al sentido de pertenencia como pilar del asociacionismo. Una clara línea en la gestión abrió las puertas del Colegio a la comunidad con ciclos de conferencias sobre temas de actualidad, promovió la actualización en el Nuevo Código civil y Comercial de la Nación y motivó a los asociados en el proyecto “Colegio Solidario”. Se refaccionaron dependencias y se adquirió un predio para ampliar espacios para uso común, en beneficio de los asociados.
Con agenda abierta y objetivos de fortalecimiento de la unidad, se renovó la conducción sin distinción de mayorías y minorías, con plena participación de todos los sectores. Continuando el posicionamiento institucional heredado, el Colegio ha sido el ámbito natural de consulta en materia de modificaciones legislativas, impulsando proyectos de creación de juzgados y trabajando en reformas a códigos de procedimientos.
Las visitas al interior afianzaron lazos asociacionistas y el uso de redes sociales amplió la comunicación con los asociados. Con acciones concretas se apoyó la revalorización de funciones de la justicia de paz y la carrera judicial del secretariado, sin descuidar la defensa de la intangibilidad de las remuneraciones. La capacitación a asociados fue potenciada continuando la política de subsidios económicos para el perfeccionamiento y mediante la celebración de convenios con instituciones formadoras. Dos temas han sido prioritarios en la capacitación encarada de manera directa por el Colegio: “Gestión y Liderazgo” y “Comunicación judicial”, sumados a la realización de Jornadas anti estrés a fin de cuidar la salud de los asociados.
Mirando al pasado, recordamos la inspiración de los fundadores y la fortaleza de sus continuadores, quienes con responsabilidad y compromiso, han sabido afrontar cada una de sus circunstancias. Podemos ver realizada la fuerza de una idea, sostenida a través del tiempo, con diferentes actores, pero con el mismo espíritu asociativo.
El equipo de gestión, continuó durante otro período, focalizado en la implementación de reformas procesales, la ampliación de servicios al asociado y la adquisición de un nuevo espacio común para construir salón de usos múltiples y actividades de esparcimiento. Durante la pandemia, se han realizado donaciones solidarias y gestiones estratégicas para readecuar el trabajo judicial a las condiciones de aislamiento.
Hoy podemos decir, con orgullo, que somos un Colegio consolidado que ha sabido posicionarse, sumándose a otros actores institucionales con propuestas y puentes de diálogo en mejora del servicio de justicia.
Un Colegio, enriquecido por las visiones diversas de quienes son partícipes del trabajo judicial en sus distintas funciones, unido por los objetivos comunes y los valores compartidos.
Integridad, independencia, transparencia, solidaridad y compromiso, son los valores que inspiran y han inspirado a los artífices de la historia del Colegio: los asociados, los verdaderos protagonistas de su destino.