HASENBERG-QUARETTI: Un archivo viviente de luchas y conquistas

Entrar en la casa de Mónica Hasenberg fue como sumergirse en la historia política, social y cultural de nuestro país de los últimos 50 años. Entre pañuelos blancos y verdes se vislumbran las imágenes icónicas de las luchas de mujeres de ayer y de hoy. Cálida, de una sonrisa que invita a la charla íntima, entre plantas que desbordan la belleza del amor que les profesa y su exquisito paté de hígado, escrudiñamos su impresionante archivo fotográfico que inició durante las rondas de las Madres, en plena dictadura cívico militar eclesiástica, allá por el año 1979.

Entrar en la casa de Mónica Hasenberg fue como sumergirse en la historia política, social y cultural de nuestro país de los últimos 50 años. Entre pañuelos blancos y verdes se vislumbran las imágenes icónicas de las luchas de mujeres de ayer y de hoy. Cálida, de una sonrisa que invita a la charla íntima, entre plantas que desbordan la belleza del amor que les profesa y su exquisito paté de hígado, escrudiñamos su impresionante archivo fotográfico que inició durante las rondas de las Madres, en plena dictadura cívico militar eclesiástica, allá por el año 1979.

Mónica Lucía Eva María Hasenberg nació en Buenos Aires el 12 de junio de 1954, la mayor parte de su vida se la dedicó a la fotografía periodística y documental, con algunos lapsos de trabajos en consultoras de opinión pública, “aprendí mucho de política haciendo encuestas y análisis”.

Con su lente captó lo que sucedía y sucede en las calles, particularmente las luchas de las mujeres que inició con las Madres de Plaza de Mayo, a quienes se les acercaba cada jueves, durante la dictadura y en democracia, para acompañarlas. El día que la Legislatura de la Ciudad le entregó a Hasenberg el diploma que la reconoce como Personalidad Destacada en el ámbito de los Derechos Humanos, Taty Almeida la calificó como “un archivo viviente” y recalcó que “todo es memoria”. “Lamentablemente quedamos muy pocas Madres y Abuelas. Pero estamos tranquilas porque personas como vos y tantos otros, sobre todo los jóvenes, son realmente el recambio”, concluyó.

“En realidad estudié psicología social, pero con la fotografía hice militancia, esa fue mi elección de vida. Registrar las luchas. Las nuevas generaciones ven los derechos que conquistamos, los dan por sentado, pero desconocen los inicios, los reclamos y las historias detrás de tanta lucha para alcanzar esos derechos. Pienso en esta actualidad donde nos quieren borrar el pasado para que tengamos que volver a empezar. ¿Te acordás la frase de Rodolfo Walsh sobre borrarnos la historia?” Me interpela Mónica al inicio de la entrevista en un intento de explicar el voto a una ultraderecha que llega al poder con discursos que niegan la construcción de verdad, memoria y justicia, y desprecian leyes de ampliación de derechos e inclusión.

“Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas”, nos enseñaba Rodolfo y eso está sucediendo hoy. Te puedo mostrar la imagen de los primeros reclamos por el aborto del 8 de marzo de 1984 cuando participé del 1er. Día Internacional de la Mujer en democracia en Plaza del Congreso y la de la marcha a la que asistí el 8 de marzo de 2018”, cuenta Mónica mientras miramos cómo se le ocurrió montar sus fotografías para una de sus muestras.

“Durante la dictadura iba a la plaza a las rondas de las Madres con un bolso de matelasse que no era de fotografía, miraba un poco el entorno, cuando me daba cuenta que no había nadie controlando, sacaba la cámara, tomaba un par de fotos y guardaba. Ya en democracia, subida a las escalinatas del Congreso para tomar fotos panorámicas, lloraba, imaginate lo que fue para mi el 8 de marzo de 1984 donde los artistas le hacían un homenaje a las Madres y luego se conmemoraba el Día Internacional de la Mujer. Sacaba fotos en libertad”, rememora Mónica.

“Nunca fui militante feminista, pero miro los derechos desde una mirada general: todo lo que oprima, impida, genere discriminación o violencia, me paro en la vereda de enfrente. Evidentemente, mi vida me llevó a tener actitudes de militante feminista. Con Brenno en el 76’ nos fuimos a vivir juntos y nos casamos recién antes de irnos a Italia en 1989. Cuando anoté a mis hijos en la escuela era como una ilegal, porque había que presentar libreta de matrimonio que no tenía”, grafica Mónica su vida progresista en una época donde las mujeres cumplían casi a rajatabla los mandatos de la sociedad hetero-patriarcal-normativa-machista.

La decisión de exiliarse a Italia la tomaron luego del alzamiento de la Tablada. “Yo me asusté muchísimo, no solo por mí, sino por la responsabilidad de todas las personas a las que habíamos fotografiado durante todo ese tiempo. Teníamos material con las Madres, con familiares. Mucha gente comprometida en nuestras fotos. No sabíamos qué iba a pasar. Por eso decidimos irnos del país y llevarnos el archivo del material político con nosotros. Nos fuimos a Italia. Y nos quedamos ahí hasta mediados de los 90, cuando Brenno ya estaba muy enfermo y quiso volver a la Argentina”.

Brenno Quaretti pareja de Mónica, fue fotógrafo, autor de miles de fotografías que componen el gran archivo que posee la pareja. Padre de Nadia y César. Mónica conoció a Brenno en un estudio publicitario. “En un momento, en el año 79, por un hecho fortuito, nos enteramos de que necesitaban un fotógrafo en la revista Familia Cristiana.  Ateo como era no le encontraba mucho sentido a ese trabajo que le aseguraba sólo el pago del alquiler de la casa, pero como era una revista que estaba orientada a la Teología para la Liberación, él empezó a trabajar ahí. Los actos los hacían en la Iglesia de la Santa Cruz, todo tenía una orientación de izquierda”.

Brenno Quaretti

La historia detrás de las fotografías de las marchas de las Madres en plena dictadura

“Nos enteramos de las marchas por las monjas. Va Brenno saca las fotos desde arriba del Episcopado, no estuvo en la plaza. Teníamos un perfil muy bajo. Nosotros sabíamos perfectamente lo que estaba pasando, teníamos amigos que habían estado detenidos, pero estábamos muy encerrados en un ambiente de fotografía y publicidad, que de alguna manera nos había protegido. Un día llega la señora que cuidaba a mis hijos, me pide disculpas por llegar tarde porque estaban “esas señoras que caminan en la plaza”. Ahí no más, le dejé los chicos, me fui sin la cámara. Las miraba caminar y lloraba, una madre me abraza y me suma a la marcha. Otra madre preguntó ¿Quién es? La otra la respondió “No sé pero mirá como está”. A partir de eso, fui todos los jueves. Marché hasta estando embarazada. No siempre llevaba la cámara, a veces lograba hacer algunas tomas. Era una actitud militante, de acompañar a los organismos de los derechos humanos”. 

“A las marchas grandes íbamos los dos, pero la militante de todos los días en la calle, fui yo”, explica Mónica, cuyo modo de trabajo siempre fue de forma independiente. El único requisito que imponía la pareja de fotógrafos era poder conservar ellos los negativos. “Yo llamo archivo Hasenberg – Quaretti al que va del 79 al 89, que es específicamente los años que hicimos reportaje gráfico de política, arte, cultura, personajes y vida cotidiana de Buenos Aires y Argentina. Pero recién en el año 85 empecé a armarlo. Hay otros archivos, pero muchos colegas tienen copias, no los negativos como nosotros”.

El archivo HASENBERG-QUARETTI comprende una colección de 45 mil negativos de fotografías tomadas entre 1979 y 1989. Un testimonio visual de la historia política, social y cultural de la Argentina de esa época, que muestran las expresiones populares de protesta social callejera y que reivindican los derechos humanos. Con su extenso trabajo, Hasenberg y Quaretti fueron testigos directos de unos de los períodos más dramáticos y complejos en la historia argentina: la dictadura militar y la transición hacia la democracia. En 2014 el archivo fue declarado de interés por la Cámara de Diputados de la Nación Argentina. Y la autora decidió, en conjunto con sus hijos, donar el archivo al Estado argentino.

En el 2007 Mónica empezó su archivo propio digitalizando su trabajo con un escáner del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos para el Instituto Espacio para la Memoria. “Allí empecé a ver fotos que jamás había visto impresas. Pensá que nosotros con Brenno habíamos copiado pocas fotos, algunas acá durante el gobierno de Alfonsín y otras en Italia, las más impactantes. Brenno murió sin ver la mayoría de las fotos. Cuando digitalizo las fotos, las empiezo a abrir con la computadora y puedo ver bien las caras, es muy impresionante”.

Muestra “Mujeres en Lucha Para no morir”

“En ese trabajo -recuerda Mónica- me centré en las chiquitas que marchaban por el aborto. Salió la ley y claro, ellas pensaban que era así de fácil conquistar un derecho, salgo a la calle y consigo la Ley. Por eso decidí hacer la muestra mostrando cómo desde 1984 se estaba reclamando en las calles con los carteles del derecho al aborto, para que haya una secuencia, para que vean la historia de esta lucha que culmina con la ley. Me interesa que las nuevas generaciones comprendan la lucha. Por eso, derecho conquistado. Porque si te apropiás de ese derecho, si comprendés todo lo que nos costó, seremos más conscientes en defenderlos. Porque, y lo digo con experiencia, es muy fácil perderlos.”

Muestra “Democracia 40 años. Luchas, conquistas y asuntos pendientes. Ellas las protagonistas”

Este trabajo lo hice con el apoyo económico de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), hago una confrontación en el pasado y el presente, muestro un paralelismo entre las marchas y luchas de las mujeres desde 1983 hasta la actualidad.

¿Por qué elegís a las Mujeres para fotografiarlas?

“Porque siempre hemos sido las más postergadas en todo, las más vulnerables. Pero, a su vez, hemos sido las protagonistas de las luchas”.

La infancia de Mónica estuvo signada por la violencia de género. “Mi viejo nos pegaba, mi vieja nos entregaba. A los 12 años me paré, lo enfrenté y le dije que no me pegaba nunca más. Y nunca más lo hizo. Mi viejo fue criado en Alemania a los golpes, mi abuelo le pegaba, aprendió eso, era una cadena. Por eso el tema de las mujeres golpeadas es muy sensible. Por eso digo: nosotras tenemos voz, tenemos ideas, tenemos derechos. No lo circunscribo sólo a un tema, como la violencia, por ejemplo”.

Una foto de HASENBERG-QUARETTI para vos

Mónica produce con sus emblemáticas fotografías calendarios, afiches, imanes, juegos de memoria. Con el dinero que recauda imprime sus fotos, compra cartones y caños, para que sus muestras recorran escuelas, espacios sociales y culturales.  Posee muestras sobre trabajadoras y trabajadores, las luchas de las Mujeres, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, infancias y distintas luchas sociales que están a disposición por pedido. Además, convocó a artistas plásticos a realizar obras con sus fotos y organiza muestras fotográficas colectivas.

Instagram: @hasenbergmonica

https://www.facebook.com/ArchivoHasenbergQuaretti