Etiquetado frontal: Análisis de la OPS/OMS Argentina

El consumo excesivo de azúcares, grasas y sodio es un problema de salud pública que se asocia a las enfermedades no transmisibles que más afectan a la población: el sobrepeso u obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, y las enfermedades vasculares, cardíacas, cerebrales y renales. En Argentina, los 3 factores de riesgo más asociados a […]

24.12.20

Etiquetado frontal: Análisis de la OPS/OMS Argentina

El consumo excesivo de azúcares, grasas y sodio es un problema de salud pública que se asocia a las enfermedades no transmisibles que más afectan a la población: el sobrepeso u obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, y las enfermedades vasculares, cardíacas, cerebrales y renales.

En Argentina, los 3 factores de riesgo más asociados a la mortalidad son:
• Hipertensión
• Hiperglucemia en ayunas elevada
• Sobrepeso u obesidad
Ocasionan 140.000 muertes por año.

En cuanto a sobrepeso u obesidad, Argentina tiene una de las cifras más altas de la región y está en aumento:
• Afecta a 4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes
• Y a 7 de cada 10 personas adultas

En los últimos años la forma de comer fue cambiando: la comida casera preparada con alimentos frescos sin procesar o poco procesados fue dejando lugar a los productos procesados y ultraprocesados que contienen exceso de los nutrientes críticos como los azúcares agregados, las grasas saturadas y el sodio. Esto sucede de forma oculta para la mayoría de las personas y, por tanto, no les permite evaluar el impacto que tiene en su salud.

Argentina ha tenido importantes avances regulatorios tendientes a la eliminación de las grasas trans que han significado un modelo para la región y ahora se encuentra con el importante desafío de aplicar leyes y regulaciones que informen adecuadamente sobre productos que contienen cantidades excesivas de los otros nutrientes críticos que afectan la salud.
El etiquetado frontal de advertencias es una herramienta sencilla, práctica y efectiva para informar a la población sobre los productos que pueden dañar la salud y ayudar a guiar las decisiones de compra.

El modelo de perfil de nutrientes de la OPS permite identificar a los productos que debieran contener advertencias en el frente de los envases por sus contenidos excesivos de nutrientes críticos que pueden afectar la salud.

PROYECTO DE LEY PROMOCIÓN DE LA ALIMENTACION SALUDABLE
Postura conjunta de OPS/OMS, UNICEF y FAO
, Comunicado, diciembre 2020.

La Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establece como meta poner fin a todas las formas de malnutrición y reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles1, presentando un enorme desafío para todos los países. Esto requiere enfrentar el problema con políticas regulatorias integradas y fortaleciendo las acciones intersectoriales.

La ingesta de productos no saludables es un problema de salud importante, con consecuencias negativas directas para el desarrollo en Argentina. La obesidad, la presión arterial alta y la glucosa sanguínea elevada son los principales factores de riesgo derivados de la mala alimentación, responsables del 39% de todas las muertes en el país (es decir, casi 140 mil muertes anuales).

Las enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la alimentación inadecuada contribuyen a gran parte de la carga de morbilidad en Argentina. El sobrepeso y la obesidad afectan al 13,6% de los niños y niñas con menos de 5 años, a más del 40% de los niños y niñas de entre 5 y 17 años, y al 70% de la población con 18 años o más3. En la población adulta, el 34,6% presenta hipertensión arterial, 28,9% colesterol alto y 12,7% glucemia alta o diabetes.

Estas enfermedades no solo golpean con mayor fuerza a los sectores socioeconómicos más bajos, sino que cobran aún más relevancia en el contexto actual de la pandemia de COVID-19: la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares aumentan el riesgo de padecer complicaciones y morir como consecuencia del coronavirus.

Los sistemas alimentarios actuales tienen repercusiones en la salud de las personas y en el ambiente. Los estados pueden incidir en la capacidad de los sistemas alimentarios para fomentar la salud nutricional y ser más sostenibles.

Una parte esencial para mejorar la alimentación y detener el crecimiento del problema requiere la reducción de la ingesta excesiva de azúcares libres, sodio, grasas totales y grasas saturadas que están presentes en los productos alimentarios y bebidas, y que no son identificados por las personas en el momento de adquirirlos para sí y para sus hijos. Esto último debido a que no cuentan con un sistema claro de advertencias en el frente de los envases a diferencia de cómo han avanzado otros países de la región.

Varios países ya han puesto en marcha la adopción de políticas regulatorias, incluyendo la implementación de impuestos a productos alimentarios y bebidas no saludables, el etiquetado en la parte frontal del envase y la restricción de la comercialización de productos no saludables para niños y adolescentes, entre otras. La obesidad es un problema público y no individual; los gobiernos deben implementar políticas y programas destinados a proporcionar alimentos saludables y asequibles para todos.

La prevención de la malnutrición es especialmente importante en la infancia. El derecho a la salud y a la alimentación son claramente afectados, pero también se afectan otros derechos: a la educación, a la información, a la no discriminación, al juego y al esparcimiento y, más ampliamente, a la vida, a la supervivencia y al desarrollo pleno.

Esta situación hace necesaria la implementación de estrategias multisectoriales que permitan reducir sus impactos sanitarios y económicos. Existe consenso político internacional sobre la necesidad de implementar medidas poblacionales costo-efectivas que reduzcan el impacto de la alimentación no saludable.10 El rotulado nutricional frontal es una de las políticas recomendadas por la OPS/OMS, UNICEF y FAO para la prevención del sobrepeso y obesidad en niños, niñas y adolescentes.

Varios estudios realizados a nivel internacional han mostrado que la implementación del rotulado frontal es costo-efectivo, es decir, los ahorros al Estado derivados de su efecto positivo en la salud son mayores que los gastos en los que se incurren al implementarlo.

El rotulado frontal genera principalmente efectos de sustitución dentro de cada categoría de productos. Por este motivo, no se espera que genere pérdidas de empleo. El caso de Chile respecto de la ley que implementó el sistema de etiquetado frontal de advertencias y restricciones en la publicidad, no generó pérdidas de empleo o de salario para los trabajadores en el primer año de su implementación.

Además, se estima que México, dentro 5 años, ahorrará aproximadamente US$1,8 mil millones de dólares en costos relacionados con la obesidad.17Dicho país utiliza un sistema de etiquetado frontal con el perfil de nutrientes de la OPS18 similar a lo que se propone en la ley en Argentina y que ha sido premiado por las Naciones Unidas.

El Senado de la Nación Argentina aprobó en octubre el proyecto de ley de Promoción de la Alimentación Saludable20 que capitaliza las experiencias y evidencias generadas a nivel nacional e internacional con relación al etiquetado frontal de advertencias, al perfil de nutrientes, al mejoramiento de los entornos alimentarios escolares y a la protección de la población infantil de la publicidad de productos no saludables.

Celebramos que este proyecto, que cuenta con media sanción, haya sido priorizado por el Poder Ejecutivo Nacional para tratarse en sesiones extraordinarias.

De convertirse en ley, tal como fue aprobado por el Senado de la Nación, Argentina daría un paso sustantivo y ejemplar en la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, en la mejora de la alimentación y en la salud pública, previniendo enfermedades, discapacidad y muertes.
Sin dudas, Argentina será además un verdadero ejemplo y modelo a seguir para el resto de los países del Mercosur, la región y el mundo.

Argentina. Diciembre de 2020